martes, 7 de abril de 2009

La Religión y la Muerte

Religión
Los egipcios, como varios pueblos del Oriente Antiguo, eran politeístas. Esto, debido a que antes de que Egipto se transformase en un solo Estado, en las riveras del Nilo poblaban diversas tribus que tenían sus propios dioses. Por lo tanto al unificarse estos poblados como un imperio también se unificaron los dioses formando un conjunto con los más importantes, a los cuales todo el imperio adoraba.
Los dioses pertenecientes a su religión eran, en su mayoría, representados como animales, y en las distintas regiones castigaban con la muerte a quienes mataban a alguno de estos animales, ya que eran considerados sagrados.
Uno de los dioses principales era Ra, el Sol, que representaba la divinidad más poderosa, creían que él había creado el mundo; luego le seguía Osiris, el dios de la vegetación quien era de menor “rango” que Ra, pero, debido a que fue presentado por los sacerdotes como vencedor de la muerte y dios de la resurrección fue unos de los dioses más populares del imperio

La Muerte
Los egipcios creían que tenían un doble que, a la hora de la muerte, si el cuerpo era salvado de la destrucción este “doble” podía sobrevivir. Para asegurar que fuese salvado tenían la costumbre de embalsamar los cadáveres y convertirlos en momias.
Estas creencias fueron adoptando de poco un mayor contenido espiritual llegando a la creencia de que solo aquellos que habían tenido una vida pura y digna conseguían tener una felicidad después de la muerte.
Para ellos el hombre estaba formado por tres elementos: el cuerpo, el doble y el alma, este último era representado como un pájaro que se escapaba por la boca de una persona en el momento que moría; luego de abandonar el cuerpo este llegaba al Tribunal Divino que era dirigido por Osiris y compuesto de otros 42 dioses. Y ahí eran pesados sus actos en una balanza, si estos pesaban más que la pluma de la verdad el alma era desterrada a un barranco donde habitaba un monstruo con fauces de cocodrilo. Por el contrario si pesaban más sus buenas acciones que la pluma, merecía una eterna felicidad junto a Osiris. Como esta era considerada una prueba muy difícil para el fallecido, al lado de las momias se dejaba un rollo de papiro donde salían las enseñanzas morales y ritos que formaban la religión de Osiris.

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